Que se vendan 115.000 unidades del Tesla Model 3 en el primer día, según palabras de Elon Musk, es un ejemplo de la expectación que ha ido despertando el prometido modelo que ha de convertir Tesla en una marca nueva: mucho más acercada al público general, con una propuesta de hacer llegar los eléctricos al consumidor medio.
Y esa propuesta se basará en la tecnología probada en los modelos más altos de la gama. El ejemplo más claro es el sistema Autopilot, que incorporó el Model S y que ahora baja unos cuantos peldaños en la escala de la gama para democratizar la conducción autónoma.
El precio de esa democratización se ha fijado en 35.000 dólares de base y para el mercado de Estados Unidos. Resulta ocioso traducir esa cifra a euros (unos 30.750, aproximadamente), dado que no se sabe cuándo llegará a nuestro mercado el Tesla Model 3 y, lo más importante, bajo qué política de precios.
Tampoco se sabe qué dará Tesla por esos 35.000 dólares, pero podemos intuir que el precio del tope de gama se disparará hasta alcanzar a los hermanos mayores de la nueva berlina compacta. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que en América el desembarco está previsto para el año que viene.

2017 será un año crucial para Tesla, y ese punto de inflexión para la marca llegará a tiempo de 2020, que es una marca en el calendario para todo el mundo de la Automoción. Los compromisos de niveles de emisiones harán que el eléctrico goce de su momento de gloria en el momento preciso.
Y, por ahora, ese momento de gloria arranca con buen pie. No en vano esos 115.000 pedidos, a 1.000 euros por reserva, suponen para Tesla una hucha de 115 millones de dólares. Si volvemos a sacar la calculadora y miramos el precio base, resulta que Tesla tiene unas expectativas de percibir de sus primeros compradores nada menos que 4.025 millones de dólares.